viernes, 31 de julio de 2009

LEONIDAS ESCUDERO


Jorge Leonidas Escudero nació en San Juan en 1920. Abandonó sus estudios de agronomía y se dedicó a la minería. Durante años buscó oro y metales preciosos en las montañas de su provincia. Comenzó a publicar recién a los cincuenta años. Editó sus poemas en diarios y revistas del país y del exterior. Obtuvo primeros premios en varios concursos e importantes distinciones de entidades culturales de la región de Cuyo. Poemas suyos se encuentran en lugares públicos, como el grabado en piedra en el Monumento al Minero, en la plaza de la ciudad de La Toma, en San Luis. Fue incluido en la Antología de la poesía argentina publicada por Raúl Gustavo Aguirre en 1979. Su obra fue antologada en México por el poeta y profesor de la Universidad de Guanajuato Benjamín Valdivia, en 1990. Compuso canciones folclóricas, recopiladas en Aires de cordillera (San Juan, 1994), musicalizadas por José Luis Aguado Castro. Editó los siguientes libros de poesía: La raíz en la roca (edición del autor, San Juan, 1970), Le dije y me dijo (Spae, San Juan, 1978), Piedra sensible (edición del autor, San Juan, 1984), Los grandes jugadores (edición del autor, San Juan, 1987), Basamento cristalino (Filosofía, Buenos Aires, 1989), Umbral de salida (RundiNuskin, Buenos Aires, 1990), Elucidario (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1992), Jugado (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1993), Cantos del acechante (Fos- Epsilon, Buenos Aires,1995), Viaje a ir (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1996), Caballazo a la sombra (Tierra Firme, Buenos Aires, 1998), Aguaiten (Canto Rodado, Mendoza, 2000), Senderear (Martín, San Juan, 2001). Le dije y me dijo (antología editada en México por Ediciones Azafrán y Cinabrio, 2006). En Ediciones en Danza publicó los siguientes títulos: A otro hablar (2001), Verlas venir (2002), Andanzas mineras (2004), Endeveras (2004), Divisadero (2005), Tras la llave (2006) y Caza nocturna (2007).

Poemas de Tras la Llave (2006)

Sala de espera

Hay alguien que bosteza abatido

¿debido a no atisba esperanza?

Un viejo cierra los puños y tiembla

¿al ver fantasmas que se le enciman?

Una mujer pernocta

con negros pensamientos y enmudecida

lagrimea. Aquel otro mastica chicle.

Estoy adolorido en la sala de espera

y ruego por la salú de mi hermana,

que no insista

en ocupar mi sitio en la fila de nichos.


Larga es la noche aquí nel sanatorio.

Veces la sala se apiada

de algún cansado concurrente,

le desgonza la cabeza sobre el hombro,

lo desenchufa de asuntos mortuorios

y le permite que ronque.


Tras la llave

¿Quién va? ¿Quién anda?

Díganme quién es y de dónde va a dónde

ese que ante mi puerta pasa a

ser feliz o a inmensamente

andar entre los que no aciertan una.


Pregunto e insisto porque anda ese hombre

con la lengua afuera por cansancio y sed

y yo corro igual ante espejismos. Buscamos

lo que jamás de los jamases, pero.


Esto es porque andamos de modo picaflor

en flores mientras

los gatos acechan. Miento,

no se trata de flores ni de gatos

sino de tantear piedras, ver si alguna

es la filosofal de toque para

cambiar nuestro mundo.

Y es mejor no decir más porque estamos

golpeando puertas del horizonte

con la cabeza y nos rebota, pelota,

sin que podamos agarrar la llave.


POEMAS DEL LIBRO CAZA NOCTURNA (2007)

CAZA NOCTURNA I


¿Cómo hago para dar el salto?

¿Pero de qué salto estoy hablando?

No sé, simplemente un salto,

salir desto de siempre

donde no hallo

y sigo buscando.


Y ahora esperen pueda memorizar, ver

si explico algo de mis desvelos,

ver si encuentro

el mapa del tesoro, el carozo

deste asunto que me tiene absorbido.


El no poder explicarme cómo

da desorientación, pero sigo metido

nestas alturas de mis inquietudes

donde falta el aire y sin embargo existo.

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